Muchos de los paisajes únicos de Japón poseen una belleza sobrecogedora, y sus vistas hacen las delicias de sus visitantes. En esta serie el fotógrafo Kenji Aoyagi nos muestra paisajes significativos, repletos de historia y dignos de ser conservados.
En esta ocasión nos lleva hasta la aldea de Sakitsu, el «pueblo de los cristianos ocultos», registrado en 2018 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Una resistente fe cristiana mantenida oculta durante 240 años

Nos dirigimos al pueblo de Sakitsu, en la costa occidental de la isla Shimoshima, en la prefectura de Kumamoto. La isla está unida a Kyūshū, la isla principal de la región, por la ruta 266, que cruza Shimoshima. Tras continuar hacia el este durante unos ocho kilómetros, salimos de un túnel al aroma salino del mar. Al otro lado de la bahía, a nuestra izquierda, podemos ver Sakitsu Tenshudō, la iglesia católica romana del pueblo de Sakitsu, la cual parece flotar sobre las tranquilas aguas de la bahía de Yōyaku. No es difícil comprender por qué recibe el cariñoso apodo de Umi no tenshudō, «la iglesia del mar».

Sakitsu, un diminuto pueblo costero con una iglesia histórica, se encuentra en una estrecha franja de tierra al pie de Konpira-yama, un monte en la parte este del cabo.

El cristianismo entró en Sakitsu en 1569, con la llegada de Luis de Almeida, un misionero jesuíta portugués. Se construyó una iglesia y una misión en el pueblo, y se estableció una pequeña cofradía para mantenerlas. Sakitsu se convirtió en el centro del trabajo misionero en la zona de Amakusa, que posteriormente quedaría bajo el control del daimyō (señor feudal) Konishi Yukinaga.

Entre 1591 y 1597 los misioneros establecieron el Colegio, una institución para los chicos del pueblo vecino de Kawachiura (actualmente Kawaura). Se cree que los cuatro hombres enviados a Roma en la misión diplomática Tenshō, patrocinada por los daimyōs (señores feudales) cristianos Ōtomo Sōrin, Ōmura Sumitada y Arima Harunobu, habían asistido a ese Colegio.

El shogunato Tokugawa proclamó un edicto en 1614 con el que prohibía el catolicismo, y la persecución a los cristianos se intensificó en 1638, tras la Rebelión Shimabara. El cristianismo se sumió en el anonimato y, pese al peligro, los cristianos ocultos de Sakitsu practicaron su fe en secreto durante los siguientes 240 años.

La majestuosa iglesia gótica Sakitsu Tenshudō

El Sakitsu de hoy día es una encantadora aldea costera de casas arracimadas y unidas por estrechos callejones denominados tōya. Grandes estructuras similares a embarcaderos, construidas sobre el agua, sirven para que los pescadores sequen sus pescados. Sobre este tradicional pueblecito japonés se yergue la céntrica iglesia Tenshudō de Sakitsu, con su noble campanario.

La iglesia Tenshudō de Sakitsu fue diseñada por un arquitecto de Nagasaki, Yosuke Tetsugawa, famoso por sus iglesias de estilo gótico. Fue erigida en 1934 para reemplazar el anterior edificio, que se hallaba medio en ruinas; el padre Halbout, sacerdote y misionero francés, fue quien solicitó la construcción de la nueva iglesia.

El edificio de la señorial iglesia gótica cuenta con un campanario de 22 metros de altura, sobre cual se alza una cruz. Las paredes internas de estuco reflejan la luz, e iluminan el interior de la iglesia. Curiosamente, el suelo del recinto se halla cubierto de tatami, esterillas de paja, lo cual imbuye el lugar de un ambiente indiscutiblemente japonés.

El padre Halbout eligió como emplazamiento de la iglesia la casa de la familia Yoshida, antiguos jefes del pueblo. Se trata de uno de los lugares donde los antiguos conversos cristianos japoneses se habían visto perseguidos, y hombres y mujeres habían sido brutalmente torturados y asesinados, muchos de ellos con bebés y niños en sus brazos. El altar está colocado directamente sobre el sitio donde antaño eran obligados a pisotear las fumi-e, tablillas con imágenes cristianas.

Escenario de la película Silencio

La película de Martin Scorsese de 2016 Silence (Silencio), basada en la novela de 1966 de Shūsaku Endō que narra la persecución del cristianismo en Japón, comienza con una escena en la que un sacerdote jesuita portugués contempla la tortura de cristianos conversos japoneses en las aguas en ebullición del «infierno» volcánico del monte Unzen. Los conversos rehusan renunciar a su fe, y son finalmente torturados hasta la muerte.

Temiendo ser él mismo torturado, Kichijirō, el personaje que guía a los sacerdotes hasta la isla donde viven los cristianos ocultos, traiciona a su familia y su fe, y a los sacerdotes a los que había ayudado en un principio. Renuncia al cristianismo varias veces, pisoteando un fumi-e sin dudar. Y sin embargo la fe es una cuestión de corazón, y el tormento de Kichijirōes interior. Llevado a la bebida, suplicando una y otra vez el perdón, es incapaz de abandonar su fe por completo. Kichijirō sigue siendo cristiano durante toda su vida.

El pueblo de Sakitsu y su hermosa iglesia descansan ahora en la tranquilidad de la isla de Shimoshima, entre las montañas y el mar, muy lejos del bullicio de las grandes ciudades japonesas. Resulta imposible imaginar ahora las sangrientas escenas y muestras de crueldad que se dieron en este lugar, narradas de manera sobrecogedora en la novela de Endō y la película de Scorsese.

Patrimonio de la Humanidad

La aldea de Sakitsu ha recibido varios reconocimientos por su hermoso paisaje. Fue incluida en la lista Las cien vistas costeras más hermosas de Japón de 1996, y designada Paisaje Cultural Importante en 2011. En 2018, como parte de la lista Lugares ocultos del cristianismo en la región de Nagasaki, Sakitsu fue registrada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esa lista está compuesta de doce elementos: una catedral de entre los siglos XVII y XIX, las ruinas de un castillo, y diez pueblos, uno de los cuales es Sakitsu.

Sobre la colina que queda tras el pueblo se encuentra el parque con vistas Chaperu no Kane Tenbō Kōen, al cual se accede por una escalinata desde la parte trasera del santuario Sakitsu Suwa. El parque merece el paseo, pues ofrece una vista panorámica de Sakitsu, su puerto y su iglesia, y se ha visto incluido en otra lista más: Los cien paisajes más fragantes de Japón. El aroma del fresco aire de mar se puede disfrutar por todo el camino hasta el parque.

Tenía el parque para mí solo, y me senté a descansar, saboreando la quietud, mientras un barco se adentraba en el puerto, más abajo. De algún modo las colinas que rodean el puerto parecían amplificar el sonido del motor, que flotaba en el aire con extraordinaria claridad.

En mi camino de regreso hacia el pueblo me detuve de pronto cuando me acercaba al final de las escaleras, al ver el campanario de la lejana iglesia Tenshudō sobre el pórtico torii del santuario Sakitsu Suwa, a mis pies. En 1805, cuando el Gobierno detuvo a los supuestos cristianos ocultos de Sakitsu, los aldeanos fueron traídos hasta esta parte del recinto del santuario, para obligarlos a deshacerse de las conchas marinas que habían usado como objetos votivos, en lugar de imágenes religiosas al uso.

 

Pueblo de Sakitsu, Amakusa

Kawaura-machi, ciudad de Amakusa, prefectura de Kumamoto